La justicia universal existe. Todos acabamos muertos o UNDEADS

Independencia

domingo, 20 de septiembre de 2009

No soy la niñera de nadie. De hecho, no sé si sé cuidar de mí mismo. Tanto tiempo encerrado, con horarios controlados y estrictas normas, aislado de la sociedad, me da cierta sensación de no saber hacia donde voy. No soy el único.

Algunos nos conocemos tanto que sabríamos memorizar las manías del resto. De hecho, desde mi “habitación” jugaba a estudiar todos los movimientos de la gente. Era uno de mis pasatiempos favoritos. No sabía sus nombres, ni falta que hacía. Tenía la sensación de que algún día les daría caza.

La independencia requiere cierta entereza y firmeza de carácter de las que muchos de mis compañeros carecen. Esto unido a la falta total de medicamentos psicotropos en sus sistemas nerviosos ha dado lugar al caos total. Unos han estallado en delirios y llantos, otros se han vuelto más violentos y alguno parece que se ha suicidado.

De momento, mientras entiendo la situación, permanezco aislado en mi “celda”. Tengo cama, alimentos y un inodoro. Estoy tranquilo mientras nadie me incordie. Le advertí al tarado ese que se marchara de allí, que no quería ningún compañero y parase de joder con el extintor. Ahora descansa en paz en el pasillo y tengo un posible arma.

Un momento, algo grande ha estallado cerca de aquí.

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