La justicia universal existe. Todos acabamos muertos o UNDEADS

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domingo, 11 de octubre de 2009

Rápidamente, al cruzar la puerta, me desplacé a la izquierda para cubrirme las espaldas con la pared. Si algo me hubiera seguido desde dentro del edificio, seguro que me habría atacado en ese momento. Al ser diestro podría golpear con más fuerza desde esa situación.

“Hubiera jurado cuando salí de la biblioteca, haber oído mucho jaleo aquí fuera”. Esperaba ver la respuesta a tanto griterío. La encontré relativamente.

No había mucha gente. Todos estaban tirados en el suelo. Algunos apenas tenían escoriaciones aunque podrían haber muerto desangrados. Otros difícilmente se podrían distinguir de fiambreras gigantes.... pero faltaban cuerpos. No había suficientes cadáveres ahí tirados. ¿Dónde habrían ido?

Daba igual. Me marchaba de este lugar para no volver jamás. Partía sin alimentos y sin ningún tipo de arma. No atravesaría el jardín corriendo. No hasta que no viera una amenaza. Correr no sólo mostraría miedo sino también me impediría razonar mejor y agotaría mis fuerzas antes de que fuera necesario.

Si yo fuera un depredador, esperaría al final del jardín, en el hueco que había dejado el camión en llamas. Ahí el efecto embudo sería mi aliado...

Caminaba con paso ligero. En línea recta. Cada dos o tres pasos miraba a un lado y a otro, pero sin detenerme. Mientras, mirada al frente. Oídos afilados, sólo esperaba escuchar mis propias pisadas y el fuego del camión. No paraba de sortear cuerpos. A veces tenía que evitar pisar algunos miembros. A saber de quien serían.

Un gemido sonó bastantes metros por detrás. Me giré. Uno de esos infelices que estaba tumbado boca abajo se movió ligeramente. Estaba vivo. El condenado no tenía un brazo y el otro lo tenía medio colgando. El muy cabrón se retorcía para poder levantarse. Estaba totalmente ensangrentado y aún así le estaba poniendo un buen par de huevos. Se alzó definitivamente y levantó la cabeza... ¡joder, era Jony!. Me miró y caminó hacia mí. Estaba tambaleándose pero el muy jodido no se detenía. Creo que en ese momento se había ganado que no le abriera la cabeza como había prometido.

Di media vuelta y continué mi camino. Me daba cierta confianza el hecho de que estuviera él ahí. Sería el primero en caer si una emboscada venía por la retaguardia. Tuve la sensación de que a cada paso que daba, las agonías de Jony sonaban más. Estaría aligerando el paso. No importaba. Él me conocía y sabía que si me atacaba por la espalda, se arrepentiría.

Apresuré el pasó. El jardín empezó a hacerse demasiado largo. El fuego ya sonaba vívamente y su resplandor era cegador, pero tenía que pasar por ahí. Admito que bajé las defensas. Cuando me quise dar cuenta, esos balbuceos sonaban demasiado cercanos. Algo me dijo que tenía que girarme. Lo hice. Su rostro. Lo vi. Totalmente lleno de sangre. Quizá su propia sangre. Con la boca abierta. Sus ojos. No eran sus ojos. Se lanzó hacia mí. Pude ver como intentó morderme. Jodeeer. Le metí un gancho tirándole dos metros atrás. Sentí como le había partido la mandíbula en dos. Volvió a levantarse. Esta vez con la cara totalmente desfigurada. Me perseguía el muy desgraciado. Sin un brazo, la mitad del otro, la cara partida y obsesionado con morderme. Se me acabó la paciencia. Arranqué hacia él y salté con los pies por delante a la altura de sus rodillas. Oí el estallido de sus rótulas. No gritó de dolor. Al levantarme me agarró del tobillo con lo que le quedaba del brazo. Mi otra pierna se alzó noventa grados y cayó sobre su cráneo.

Reinicié mi camino, para nunca volver.

Salí de aquel lugar, pisé suelo exterior.

“Ése no era Jony, no era ninguno de sus movimientos, no era su forma de atacar. Como si fuese un perro de presa”.

“Ése no era Jony”.

Cumplí mi promesa.

3 comentarios:

Espigol dijo...

Kepler es un tío duro. Pero me gusta mucho!! Hace lo que tiene que hacer para sobrevivir y punto. Sin remordimientos ni tonterías que no sirven de nada.
Lo que no me acaba de cuadrar es que sea un adolescente que ha estado medicado y tenga una fuerza tal como para desplazar 2 metros a otra persona de un puñetazo o que sea capaz de partirle el cráneo de una jodida patada.

Creo que falta algo de descripción del personaje, aunque por otra parte un post descriptivo es un poco rollo y tal como narras la historia es muuuuuy interesante.

Anónimo dijo...

¿Dónde pone que es un adolescente?

Espigol dijo...

En ningún lado. Es una mera suposición mía, pero es por lo de que me recuerda mucho a el libro "El juego de Ender"